Índice

El autor habla al guía y el guía responde: de "mi exposición" nadie sabe tanto como yo.

Por Esteban Maciques Sánchez.

¿Quién puede enseñar una exposición?

La pregunta que más nos interesa hacernos no es QUIÉN sino CÓMO. No obstante, hay que dedicar unas líneas en este sentido, pues es algo que siempre inquieta, en menor o mayor medida, a las instituciones donde los guías colaboran.

Durante varios años de trabajo en la formación de personas que se iban a dedicar a enseñar colecciones, una exposición de sala o Museo (permanente o transitoria), me he relacionado con dos tipos de guía: el profesional y el voluntario.

El primero de estos con estudios universitarios, generalmente relacionados con el perfil de los museos: Historia del Arte, Historia, Bellas Artes, Letras, etc. El segundo grupo, de origen heterogéneo (médicos, abogados, estudiantes de Historia del Arte), con o sin formación universitaria, incluso, sin el graduado escolar, pertenecientes en su gran mayoría al colectivo de jubilados, de estudiantes universitarios que desean realizar prácticas, de mujeres o de amas de casa.

Hace unos días, en conversación con una amiga investigadora de Museo, me decía que dicha heterogeneidad y "los vicios" que los guías arrastran -al ser personas mayores, o por no haber recibido una formación sistemática- son impedimentos para un normal desempeño de su labor. Como es justo lo contrario de lo que pienso, así se lo hice saber y, al final, llegamos a cierto entendimiento.

Para empezar, "vicios" tenemos todos. Y a la hora de enseñar una exposición hay que hacer por eliminarlos o, en todo caso, porque estos no afecten a los objetivos de la visita. Y aunque una buena base educacional es un punto de partida sólido, indiscutible, no siempre garantiza los resultados.

La cualidad fundamental para que un guía sea bueno es EL INTERÉS.

En determinadas exposiciones, en las que la formación cultural resulta fundamental (de artes plásticas en general, de temas literarios y de algunos temas históricos, entre otras), el interés no es una razón suficiente para garantizar el éxito de la visita guiada por un guía, pero ayuda. Ayuda porque sólo quien tiene INTERÉS puede hacer nacer y crecer el interés en quien antes no lo tenía.

Pero, imagino que estás pensando: ¿cómo despertar el interés si no domino el tema?

La respuesta: SI NO DOMINAS UN TEMA, GUÍA LA EXPOSICIÓN EN PAREJA.

Un guía + un guía = una buena visita guiada.

Hace una semana, con motivo del Día Internacional de los Museos, entre tres personas, Ana Elisa Martínez (especialista en arte colonial), Mónica Gudemus (musicoetnógrafa) y el que escribe (estudioso de las culturas del Caribe), organizamos una visita guiada al Museo de América de Madrid. Cada uno atendería a su especialidad aunque, previamente, nos pusimos de acuerdo para hacer "puentes" entre unos y otros.

El hilo temático que nos unía a los tres era: "la imagen de América vista por el europeo desde la conquista hasta nuestros días". Lo suficientemente amplio como para enlazar aspectos diversos de la cultura, a los que atenderíamos.

El objetivo de la visita NO ERA RECORRER TODA LA EXPOSICIÓN, sino profundizar en aquellos aspectos relacionados con el tema que nos propusimos, en los que más conocimientos tenemos. PORQUE HAY MUCHO DE LO QUE NO SABEMOS.

Como dato "anecdótico", estuvimos acompañados todo el tiempo por un grupo de Música Andina, y agregamos al recorrido aspectos etnológicos y de ritual, que no están en el discurso convencional de la exposición, y que fueron de nuestra cosecha. Por tanto, ese día alteramos el montaje del Museo y este ofreció un aspecto nuevo, irrepetible. La visita terminó con un intercambio de opiniones sobre lo visto, y la valoración de la misma fue muy positiva.

Un recorrido por todo el Museo, viendo sala por sala, puede durar cerca de dos horas. Nuestra visita, que atendió a una quinta parte de toda la exposición, se desarrolló durante hora y media, aproximadamente. ¿Por qué hora y media? Porque nos detuvimos en temáticas que en una visita ordinaria o se tienen que obviar, o se refieren simplemente. También nos preocupamos de no agotar al público.

Dos preguntas: ¿Puede haber un especialista en todas las culturas americanas, de todos los tiempos y regiones, que guíe en el Museo? ¿Qué tiempo tardaría un recorrido por dicho Museo, si lo enseñara un equipo de especialistas americanistas?

A la primera pregunta, la respuesta es NO. Lo más común es que haya una persona (o personas) que conozca aspectos importantes de las temáticas que abarca el Museo. A la segunda, posiblemente meses. De hecho, una de las actividades fundamentales de este Museo son las Aulas y los Cursos que, año tras año, se programan en torno a América.

Ahora volvamos al sentido que tiene "la suma" que encabeza este apartado. ¿Puedo guiar un Museo sin conocer todos sus objetos y culturas? La respuesta es SÍ. Así enseñamos el Museo de América de Madrid. Ahora bien, a pesar de que no conocemos TODO, lo que sabemos lo dominamos bien.

Antes de ver cómo, de una manera semejante a lo del Museo, se puede llevar a cabo una visita guiada en las exposiciones ITINER, es necesario que apuntemos algunos aspectos relacionados con este Programa.

El proyecto ITINER y sus guías.

El Programa "RED ITINER" (RED DE EXPOSICIONES ITINERANTES DE LA COMUNIDAD DE MADRID), que cumple más de una década de existencia, ha tratado de crear un mecanismo expositivo que no sólo sea herramienta de animación cultural y de participación, sino que rompa la barrera de los grandes municipios de la Comunidad Autónoma de Madrid, para llegar a todos aquellos que puedan contar con una sala que tenga condiciones mínimas. Este PROYECTO, llevado a cabo por el Centro de Estudios y Actividades Culturales de la Consejería de Cultura de la Comunidad de Madrid, ha tratado de ir más allá de la exposición puntual o "casual", para establecer un sistema que permita incidir en la formación, educación y participación del público que la visita.

La mayor o menor eficacia de este sistema depende, en amplia medida, de una persona o grupo de personas que sean capaces de transmitir al visitante el mensaje de la exposición, de hacer ver este mensaje como algo de utilidad práctica y cultural. Fue por esto que en junio de 1999 se comenzó la creación de un movimiento de VOLUNTARIOS CULTURALES para que enseñaran estas exposiciones, movimiento gestionado y coordinado por el Programa de Voluntarios Culturales de Museos de la CEATE y promocionado por la RED ITINER.

El término GUÍA VOLUNTARIO resultaba demasiado estrecho para los fines del PROYECTO ITINER. La persona que decidiera participar en el PROYECTO, no sólo debería prepararse para enseñar una exposición, sino también para generar actividades y colaborar en aquellas que tendieran a los fines ya dichos, "formación, educación y participación del público" visitante.

La convocatoria para integrar este nuevo voluntariado permitió organizar grupos de personas, en los que las diferencias de nivel cultural, entre otras, han obligado a concebir formas flexibles de superación y de práctica, a los efectos de tender al mejor cumplimiento del Programa. Cuando ha sido necesario se han creado parejas en las que una de las dos personas ha servido de "guía conductor", llevando el peso fundamental de la visita, y, la otra, ha trabajado algún aspecto de la exposición ("guía orientador") en el que, por serle más fácil, puede profundizar. O, simplemente, este último sólo ha escuchado y aprendido sobre la visita.

En otras palabras, cambiando lo cambiable, hemos adaptado "el modelo del Museo" a la exposición: la persona que explica sólo un aspecto destaca como un "especialista", no como un desconocedor del todo. Entonces: si no puedo dominar TODO EL TEMA, bueno sería COMENZAR POR UNA PARTE.

Veamos lo visto anteriormente en un ejemplo con la exposición "Así se escribe la historia", de la RED ITINER, en el Municipio de Valdemorillo.

Un ejemplo: "Así se escribe la historia", en Valdemorillo.

Gracias al esfuerzo de la coordinadora de exposiciones Pámela Sprätz y del Municipio, se logró organizar un grupo de 11 personas -VOLUNTARIOS CULTURALES-, heterogéneo por más de una razón:

Nivel educacional:
3 tienen estudios primarios
2 han hecho Formación Profesional
1 es estudiante
5 son licenciados
Total: 11

Procedencia:
6 son españoles
3 de origen magrebí
1 de origen francés
1 de origen peruano
Total: 11

Lejos de entenderlo como un problema, buscamos la utilidad y riqueza de estas diferencias.

En algunos casos se crearon parejas con una notoria característica. El hecho de contar con personas que no sólo conocen la lengua árabe, sino también la cultura musulmana, hizo posible que se ofrecieran tres tipos de visitas:

1. para el público español y general: en la que un miembro de la pareja de guías explicaba sólo la vitrina referida a "Los Árabes" de manera especial, con conocimiento y profundidad, comentando aspectos de la vida cotidiana actual, NO APRENDIDOS DE MANERA LIBRESCA, SINO COMO RESULTADO DE SUS PROPIAS VIVENCIAS.

2. para el público magrebí: al que se le guiaba en lengua árabe, pues uno de los guías traducía del castellano toda la visita, excepto lo correspondiente a la vitrina que más dominaba.

3. visitas guiadas en su totalidad en castellano o en árabe, por un solo guía.

Con el segundo tipo, y desde el punto de vista de la proyección social, se contribuye a la mejor integración de un amplio colectivo magrebí a la vida cultural, y general, dentro del municipio. Especialmente se atendió la visita de mujeres magrebíes. Integración que también es lingüística, al ofrecerse la visita en dos idiomas: árabe y español.

En los dos primeros casos, la realización de estas visitas tiene para los guías un efecto educativo -"para sí"-, de formación y superación, sin mencionar los otros valores que repercuten en el prestigio, la proyección social y la participación, y que se desprenden de esta actividad.

Es esta la esencia de la remuneración espiritual de un guía, lo que le estimula a continuar y lo que da sentido a su vocación, amén de otros reconocimientos.

Este ejemplo, si bien atiende a un caso particular, no es único. Se puso a prueba, con antelación, en la exposición "Música y vida en la España de las tres culturas", y luego se ha continuado con otras. De igual manera se ha comenzado a poner en práctica en el Municipio de Fresnedillas de la Oliva.

No hay que olvidar que, en buena medida, la eficacia del funcionamiento de estos modelos se puede deber a la selección de las exposiciones, que hacen los coordinadores, cuando recogen el sentir, las problemáticas, los intereses de su zona.

Es indudable que la experiencia de Valdemorillo ha sido muy positiva, y todos los que hemos intervenido en ella HEMOS APRENDIDO Y HEMOS ENSEÑADO. Y esto se ha conseguido partiendo de la realidad que antes se ha descrito.

Independientemente de que todo el proceso es susceptible de mejorar, lo que es obvio, esta experiencia, y otras, nos permiten llegar a una afirmación que ahora no le parecerá muy descabellada al lector, y que responde la pregunta inicial: TODA PERSONA INTERESADA PUEDE ENSEÑAR UNA EXPOSICIÓN.

Este pudiera ser el texto de un cartel, que no estaría mal en la puerta de una Casa de Cultura o Museo, para personas que quieran integrar el movimiento de VOLUNTARIOS CULTURALES. Aunque para el autor tiene, sobre todo, más que el valor de principio de selección, uno esencial de formación y educativo.

También el lector puede pensar en aquellos colectivos en los que no hay graduados universitarios, ni personas de un nivel educacional medio alto. Muchos de ellos no han podido estudiar (sobre todo pertenecen a la Tercera Edad, a las Amas de Casa), pues bien, esta es una buena ocasión. Es la ocasión de aprender de una de las maneras más sólidas posibles, enseñando.

Aprender enseñando.

Pero, ¿cómo enseñar si apenas sé?

Lo primero es enseñar "lo poco" que sé y que estoy aprendiendo. Un buen ejemplo ha sido el de Valdemorillo y, en otro sentido, el del Museo de América. Lo segundo, por lo general sabemos más de lo que creemos y, en líneas generales, el conocimiento es directamente proporcional a nuestros años de vida. Veámoslo como si fuera una fórmula matemática: A MAYOR INTERÉS + A MAYOR VOCACIÓN + A MAYOR CONOCIMIENTO + A MAYOR VIVENCIA = MEJOR GUÍA.

Todos los elementos de la suma son imprescindibles, pero sin interés y sin vocación el GUÍA no tiene alma. La vocación, "el llamado", es algo que apunta esencialmente a lo espiritual. ¿En cuántas profesiones para las que se realizan exámenes de acceso con fríos test de V o F, o para las que se tiene en cuenta sólo cálculos curriculares, no sería conveniente un estudio de la vocación?

En relación con el conocimiento, como todo en esta vida, hay que ir dando pasos para conseguir un fin. Y para trabajar con una exposición, hay DISTINTOS MOMENTOS O NIVELES DE PREPARACIÓN. Alcanzar este "fin" (y esto convendría tenerse siempre en cuenta, tanto por los que tienen estudios como por los que no lo tienen) es algo a lo que SIEMPRE SE TIENDE PERO NO SE ALCANZA, como el concepto de "límite" matemático, ya puestos para esta ciencia. Si lo tuviéramos más presente todos los días, seríamos más modestos y tolerantes.

Para "tender" a ser un VOLUNTARIO más eficaz, en el Ayuntamiento de Madrid existe una Escuela Municipal (dirigida al aspecto social), y modelos semejantes podemos encontrar en otras ciudades y países europeos, hasta llegar a la Universidad Europea del Voluntariado. Esta estratificación nos da el sentido de la "especialización" a la que puede tenderse, pues ser voluntario complementa una formación y se diferencia de otra cualquiera.

Pero en el sentido que ahora nos interesa, el de un VOLUNTARIO CULTURAL que hará de guía o, mejor, que ENSEÑARÁ una exposición, podemos destacar tres momentos de su preparación-ejecución (desde el mismo inicio en práctica con la exposición). Estos momentos son útiles a los efectos de su formación, pero también para que conozca hasta dónde puede llegar en la visita guiada, dado su nivel de preparación.

Tres momentos de la preparación-práctica del Voluntario Cultural.

1. GUÍA ORIENTADOR
Su actividad puede dirigirse a:

a) Introducir la exposición y acompañar al visitante o
b) Destacar aspectos interesantes del recorrido.
c) Introducir la exposición, motivar la visita y acompañar al visitante.
d) Explicar una vitrina u objeto a profundidad, como parte de una pareja de guías.
e) Explicar parte de la exposición, como integrante de una pareja de guías.

2. GUÍA CONDUCTOR

a) Explicar una exposición.
b) Explicar una exposición y dirigir la visita con uno o más guías acompañantes.
c) Explicar una exposición y colaborar en actividades educativas relacionadas con ella.

3. GUÍA EDUCADOR

a) Explicar una exposición con uno o más guías y realizar actividades educativas.
b) Explicar una exposición, programar y realizar actividades educativas relacionadas con ella.

El orden de las actividades de los tres momentos anteriores responde a niveles de complejidad de menor a mayor, y la realización de una supone ser un paso previo y base para la siguiente.

Es tan importante que cada VOLUNTARIO sepa cuál es su misión (OBJETIVO) en la visita guiada, como que tenga conocimiento del momento de preparación en que se encuentra. Aunque en los tres casos son todos VOLUNTARIOS CULTURALES o GUÍAS, conocer cuál es el alcance de su actividad garantiza la calidad de la misma. Aun para el tercer nivel, pero con más razón para los dos anteriores, la intervención del VOLUNTARIO CULTURAL debe controlarse-asesorarse con sistematicidad, a fin de orientar debidamente la eliminación de errores y de atender a su superación, de manera singular.

Guía orientador.

Para un guía que se encuentra en este nivel, el poder ejercer como tal depende de tres factores: de su disposición, de lo apto que resulte para el Centro Cultural (quien da la aprobación institucional) y de los resultados de su proceso de formación.

Por lo general, el primer paso (Introducir la exposición y acompañar al visitante) va un poco más allá del simple vigilante de sala. En algunos Centros Culturales colabora, sobre todo, en una tarea que es consustancial a los tres momentos antes mencionados: es un activista cultural, de modo que ayuda a movilizar personas hacia la exposición y puede colaborar en otras actividades relacionadas con ella.

Introducir la exposición.

Dar la bienvenida a los visitantes, hacer una breve presentación de la exposición y, en el caso en que sea necesario, acompañar al visitante indicándole algunos aspectos o caminos a recorrer interesantes. Por ejemplo (para este y los sucesivos debe entenderse que solamente tienen un valor de orientación):

Hola, Buenos días. Mi nombre es Juan y como podéis (pueden) ver (por el distintivo que lleva) soy un VOLUNTARIO CULTURAL. Esta exposición que presenta la Comunidad de Madrid, tiene por Comisaria a Ana Sánchez, que es una especialista en el teatro del Siglo de Oro Español. La exposición conmemora el 400 aniversario del natalicio de Pedro Calderón de la Barca. En ella podemos ver diversos apartados relacionados con Calderón o con su época: El siglo XVII español, Contemporáneos, El teatro del siglo XVII, La vida de Calderón, Obras Fundamentales, Los autos sacramentales, Seguidores de Calderón y Calderón en el siglo XX. Detrás de cada panel de presentación hay información documental. Como hay suficiente información que se puede seguir por los paneles y vitrinas, yo solamente os (les) acompañaré en el recorrido.

Ya en el recorrido:

Por aquí, por favor. Del SIGLO XVII pasamos al TEATRO en este siglo. Este panel corresponde a la vida de Calderón. Fijaos, en la foto no se aprecia bien, pero esto que vemos es la Catedral de San Isidro, donde estuvo el Colegio de los Jesuitas en el que estudió Calderón. (Este tipo de orientación, que se corresponde con el momento 1 b, puede irse dosificando, e introducirse poco a poco en la guía a la exposición)

Al final:

Espero os (les) haya gustado la exposición y que podáis (puedan) volver en la primera quincena de octubre que habrá una muy interesante sobre lacado en miniaturas rusas. Gracias por venir.

Parece poco lo dicho por este GUÍA, pero ha contribuido a ORIENTAR sobre:
Origen y producción de la exposición.
Objetivo de la exposición.
Estructura.
Ha dejado claro SU FUNCIÓN.
Ha indicado el itinerario o camino a seguir: cosa que puede ser confusa en una exposición tan amplia.
Ha llamado la atención sobre algo familiar (Catedral de San Isidro) que resulta de especial interés para el visitante y para la exposición.
Agradece la asistencia.
Estimula el regreso de los visitantes para la próxima exposición.
Los despide.

¿Acaso no ha sido de utilidad su intervención como ORIENTADOR? ¿Qué nivel educacional se necesita para realizar la anterior actividad? Dejo las respuestas al criterio del lector.

Destacar aspectos interesantes del recorrido.

El paso anterior atiende especialmente a aspectos relacionados con la forma y la estructura de la visita: normas de presentación (recibimiento, saludo, presentación), objetivo de la exposición, distribución de paneles según los temas y, como hemos visto, se ha introducido un elemento de contenido en la referencia a la Catedral de San Isidro. Esto último diferencia 1.b) de 1.a), se ha pasado de los elementos formales a los conceptuales. Los elementos conceptuales están en estrecha relación con los OBJETOS, su significado y función dentro del contexto de la exposición y de la cultura. Por esta razón, cuando comenzamos a guiar en este nivel, podemos decir que hemos dado el primer paso importante en el camino de enseñar una exposición.

Se ha contribuido a:

Atender a objetos significativos del desarrollo.
Observar exponentes que, en otro caso, pudieran pasar inadvertidos por el visitante.
Motivar la posible participación del visitante.
Despertar el interés en objetos y en la observación detallada (esto último contribuye a la creación de hábitos de observación).

Introducir la exposición, MOTIVAR la visita y acompañar al visitante.

En los casos anteriores hemos visto cómo, con poco esfuerzo, con sólo INTRODUCIR, ACOMPAÑAR Y DESTACAR ASPECTOS INTERESANTES se alcanza un aprovechamiento más efectivo de la visita. En este momento, la MOTIVACIÓN se puede realizar atendiendo a muy variados factores que, en líneas generales, atienden a cómo enseñar la exposición. Dada la importancia que tiene la MOTIVACIÓN en el trabajo con el público visitante, la incluimos como una cuestión fundamental en la formación del GUÍA, desde sus primeros momentos. De hecho, con la referencia en 1.a) a la Catedral de San Isidro, al mismo tiempo que se despierta el interés, se motiva a la observación.

Volvamos a "Pedro Calderón de la Barca, el último de los grandes clásicos españoles". Ej.: Supongamos que el guía actúe de la misma manera que en 1.a), y además:

-Se haya preocupado por saber si los visitantes tienen algún interés especial con la visita. De esta manera ha conocido que están estudiando el Siglo de Oro de la Literatura Española, por lo que puede aprovechar la exposición para profundizar y ampliar sobre estos conocimientos. Motivará ese interés con la explicación y las preguntas.

-De acuerdo con lo anterior, el movimiento por la exposición se puede "dejar llevar". Es el "efecto pescador": no tirar de la "presa" para no perderla, sino dejar que el interés sea el motivo que guíe el recorrido del público.

Sé que estáis estudiando el barroco y las próximas vitrinas tratan sobre la literatura y el arte de este período: Desde el punto de vista histórico-social, ¿existen elementos que dan unidad al barroco? (la pregunta es para todo el grupo, no individual).

Respuesta:

Es el arte de la contrarreforma:
-Reforma: Lutero
-Reforma: Erasmo de Rotterdam
-Contrarreforma: respuesta de la iglesia católica y del estado
-Siglo XVI (fines) y XVII

En lo que se van dando respuestas, el guía sólo escucha y da la palabra. El grupo se ha ido dividiendo hacia las vitrinas del barroco:

Fijaos, en esta vitrina se trata del importante papel de las "arquitecturas efímeras". ¿Sabéis qué son?

Ya se ha conseguido la atención sobre esta vitrina. Se escuchan las respuestas.

Hasta tal punto fueron importantes que se trajeron de Italia los mejores arquitectos, como Bianco del Baccio, para…

La arquitectura efímera tiene mucho que ver con lo que habéis apuntado antes sobre el barroco, desde el punto de vista artístico, pero también histórico-social: habéis dicho que se vivía un período de fuerte crisis económica, por lo que aparentar riqueza por medio de artilugios escenográficos era algo propio de la época…

Tema de apariencia-realidad y otros.

En este ejemplo, por medio de la MOTIVACIÓN se ha conseguido:

1-Consolidar conocimientos adquiridos con anterioridad
-por el recuerdo
-por la introducción de nuevos elementos (las "arquitecturas efímeras").

2-Incentivar la observación
Motivar la reflexión sobre aspectos que aparentemente distan y no se relacionan, como son: crisis económica-crisis espiritual y temas barrocos.

Explicar una vitrina u objeto a profundidad como parte de una pareja de guías.

Todavía el guía no está apto para enseñar parte de la exposición o toda ella, pero sí puede centrar su actividad en un objeto o en una pequeña sección (que pueda tener relevancia por los vínculos con objetos cercanos).

Este es un ejemplo:

PANEL SIGLO XVII:
Contemporáneos de Calderón:
Habéis (han) visto cómo el siglo XVII se caracteriza por la crisis económica del Imperio y, con ella, la de los valores espirituales. Esto marcó la nueva época. Para colmo, la ciencia también contribuía a subrayar dicha crisis. Aquí tenemos a Galileo Galilei (1564-1642), contemporáneo de Calderón.

Junto a él la foto de otros personajes, con las cartelas que los identifican.

Galileo fue un gran descubridor, a él se deben las leyes del péndulo, las del movimiento, la revolución del sol alrededor de su eje. Corrobora la teoría de Copérnico de que el sol era el centro del universo (teoría heliocéntrica) y así contribuye a echar por tierra las bases del pensamiento medieval (que se levantaba sobre la creencia de que la tierra ocupaba este lugar primordial, la teoría geocéntrica de Ptolomeo). Su posición ante esta teoría lo llevó a la Inquisición en 1633 y fue obligado a adjurar.

La situación económica y la crisis de la fe permiten entender aspectos que luego veremos. Es importante que veamos cómo ni las artes, ni las ciencias, ni la literatura, escapan al condicionamiento de la época.

En lo sucesivo, mantener esta relación con:

-arte barroco: reforma-contrarreforma
-sentido demagógico del barroco (teatralidad y doctrina)
-sentido demagógico del teatro barroco (autos sacramentales y catequesis)
-arquitecturas efímeras y miseria, etc.

En la vitrina de "Contemporáneos de Calderón" aparecen otros: Molière, René Descartes, Kepler, etc. Sin embargo, a los efectos de ENLAZAR con los temas sucesivos, la figura de Galileo resulta clave y por esta razón se aprovecha por el guía.

Explicar parte de la exposición, como integrante de una pareja de guías.

Ya en el apartado anterior el guía principal era acompañado por otro que ayudaba a subrayar un aspecto importante dentro del conjunto general. Llegado este momento, el guía acompañante da un paso más, al abarcar mayor espacio y al tender a hacerse "independiente". Los límites entre este momento y el 2.a, GUÍA CONDUCTOR, son imprecisos y se borran como es lógico, cuando el acompañante logra dirigir toda la exposición.

La diferencia entre un GUÍA CONDUCTOR y un GUÍA EDUCADOR radica en el perfeccionamiento de la actividad, en la eficacia para transmitir conocimientos, en el mayor dominio de las técnicas de enseñanza-aprendizaje, en la capacidad para crear recursos que beneficien al visitante desde el punto de vista de su educación, y en la posibilidad de llevar a la práctica esos recursos.

De "mi exposición" nadie sabe tanto como yo.

De "mi exposición" nadie sabe tanto como yo, dice el guía, sobre todo por este sentimiento de apropiación, por hacer suya, no ya físicamente, sino espiritual y cognitivamente algo que es para los demás. Y "nadie sabe tanto como yo" porque, a excepción del Comisario y de especialistas relacionados con la exposición, el guía la domina justo en el nivel de preparación-ejecución en que se encuentra -lo que incluye los métodos para enseñarla-, e incluso lleva una ventaja a cualquier visitante, conoce:

-el plan-guión (escenario) que precede a la exposición.
-los materiales relacionados con el tema fundamental de la exposición.
-cuáles son los objetos-guías y cómo llegar a ellos.
-qué sentido tienen estos objetos en el lugar en que aparecen y en relación con todo el conjunto.
-cómo llamar y despertar la atención del visitante.
-cómo enseñar a aprender.

Y un largo etcétera.

Estos son aspectos que desconoce quien visita la exposición por primera vez. Además, el guía disfruta de una ventaja inmejorable: está siempre en el lugar idóneo para aprender más, también de los propios visitantes.

Por lo que hemos visto, enseñar una exposición es fácil, si ajustamos nuestra acción a los límites o "momentos" de nuestra formación. Aprender de los errores, por el estudio, y del visitante es el camino para ir más allá de estos "límites".

Pero también, por las dificultades formales y conceptuales que se pueden presentar, enseñar una exposición es complejo, y esto se debe a su propia naturaleza poética.

Madrid, 2000-2005. arriba

 

 
Arqueología y Antropología
Arte Rupestre
Artes Aborígenes
Arte y Arquitectura
Literatura
Historia
Música
Museo y Exposiciones
Política Cultural
Libros
Sobre el autor
 

 

© Marlene García 2003 para José Ramón Alonso