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Idolillos colgantes de piedra taíno. Composición tubular.

Por Esteban Maciques Sánchez.

Los idolillos de este grupo quedan inscriptos en una figura cilíndrica, y tienen fuerte tendencia al esquematismo: inclinación a la desaparición de los brazos y las piernas y su conversión en bandas; omisión de los ojos o su esquematización igualmente por bandas. Se observa en ellos, también como características de validez general, la perforación vertical (eje x); el mantenimiento del carácter escultórico con moderado uso de la incisión, cosa esta que contribuye a ofrecer un conjunto de fuerte impresión monolítica. Son colgantes singulares (ver figura 1).

Figura 1. Idolillo inscripto en una figura cilíndrica. Croquis realizado a partir de dibujos de Víctor Hernández González y José Ramón Alonso Lorea, 1991.

El largo promedio es de 46.00 mm., el ancho de 18.46 mm., la profundidad de 19.93 mm.

Como en ellos se aprecia un movimiento de lo naturalista a lo esquemático -expresado en una síntesis y estandardización de las partes del cuerpo- se han dividido en:

1- Naturalistas (tubular / tabular):
a- con perforación Y. Ver lám.16.
b- sin perforación Y. Ver lám.17.

2- Esquemáticos y naturalistas:
a- con perforación Y. Ver lám.18, lám.19, lám.20, lám.21, lám.22, lám.23 y lám.24.
b- sin perforación Y. Ver lám.25, lám.26 a, b, c, d y lám.27.

3- Esquemáticos:
a- con perforación Y. Ver lám.28, lám.29 y lám.30.
b- sin perforación Y. Ver lám.31 y lám.32 a, b, c, d, e, f.

Dentro de la composición cilíndrica sorprende un movimiento estilístico que, como queda dicho, va de lo naturalista / esquemático (nueva solución de la composición a lo apreciado en el piramidal invertido) a lo propiamente esquemático. Esta evolución -no siempre observable en el arte taíno- nos permite entender hoy algunos componentes de las formas más esquematizadas que, con anterioridad, o no se han tenido en cuenta, o han dado lugar a interpretaciones erróneas. Como muestra de esto último está el hecho de que estos ídolos se hayan identificado como "sin brazos" o "sin piernas". Veámoslo a través de las imágenes (ver figuras 2 y 3).

Figura 2. Gradual esquematización de brazos y antebrazos. Reproducción de los idolillos de las láminas 16, 18 y 29 respectivamente. Croquis realizado a partir de dibujos de Víctor Hernández González y José Ramón Alonso Lorea, 1991.

En la figura 2 vemos cómo va desapareciendo la clara percepción del brazo y el antebrazo (lám.16), típica en los idolillos de pirámide invertida, y se observa lo que hemos denominado "brazos en banda", a manera de una cinta que pasa (en volumen) sobre la región umbilical (lám.18). Esta banda, que implica una mayor cerrazón de la composición y que se deriva de los brazos en jarra, poco a poco se integra al torso hasta hacerlo aparecer como un simple cilindro (lám.29 y lám.23). Gracias a las etapas intermedias podemos sobrentender la presencia de los brazos en banda, tanto en los cuerpos en que por la acción de una asimilación no se aprecian, como en aquellos de máxima esquematización (lám.32 a, b, c). Este elemento novedoso por una parte nos maravilla, como expresión de la riqueza simbólica del arte taíno, por otra parte nos alerta en contra de las interpretaciones simplistas.

Figura 3. Gradual esquematización de las piernas sedentes. Reproducción de los idolillos de las láminas 31, 25 y 30 respectivamente. Croquis realizado a partir de dibujos de Víctor Hernández González y José Ramón Alonso Lorea, 1991.

En la figura 3 vemos cómo las piernas sedentes (comunes al grupo en pirámide invertida) han continuado la misma tendencia que los brazos -la tendencia general de la composición- a cerrarse sobre el cuerpo, para así permitir que la figura alcance su forma cilíndrica.

Un rasgo -también presente en el piramidal- permitirá dar el primer paso a la esquematización: la unión de los pies en un plano posterior, mientras las rodillas se mantienen separadas. Esto hace que se supla el contacto entre los pies por una continuidad (lám.30 y lám.31) que los aleja de toda intención naturalista o, simplemente, realista. De ahí que se comiencen a concebir las piernas como una doble cinta en volumen que, a primera vista, sin esta visión de continuidad, pudiera parecer un simple ornamento (lám.25).

El proceso de esquematización de las piernas se encuentra, al mismo tiempo, influido por una ley con fuerte tendencia a hacerse general del arte taíno, que es la de la simetría bilateral: de esta manera, tocado y piernas, siendo cosas totalmente distintas, alcanzan una idéntica expresión formal en bandas superpuestas (lám.32a). En los idolillos totalmente esquematizados, la posición normal (vertical) del cuerpo se percibe por los rasgos que, aunque abstraídos, quedan de la cabeza; y porque, en algunos casos (lám.20), en la parte inferior del ídolo se marcan, con simples líneas incisas, la división entre pies y dedos. También ayuda a entender la disposición de la figura la presencia en algunos de ellos de la perforación X a la altura de la boca, el cuello y las orejeras (lám.18 y otras). La mencionada tendencia a la asimilación de las extremidades al cuerpo puede hacerse extensiva a otros detalles, como es el caso de los ojos (lám.24, lám.25 y lám.29).

Algunos ejemplares pueden considerarse en estadios intermedios entre los grupos composicionales: el idolillo de la lám.25, pese a la composición tubular, se acerca a las características de la tabular por la ausencia de la perforación vertical (Y); el de la lám.17 se ubica por su composición en la tubular y por su perforación vertical (aunque inconclusa), pero tiende a la tabular por cierto aplanamiento, por resaltar la figura por medio de la incisión, y por presentar la posición típica de "manos al ombligo".

Uso probable a partir de las perforaciones que presentan: colgantes pectorales o frontales.

La Habana, 1992. arriba


 
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© Marlene García 2003 para José Ramón Alonso