Idolillos colgantes de piedra taínos. Composición
en prisma.
Por Esteban Maciques Sánchez.
Las características fundamentales de este
grupo pueden resumirse: inscripción del ídolo en un
prisma; predominio de la incisión y de planos por incisión;
exclusividad de la perforación transversal o Y (en cuello,
hombros u orejas). La perforación bicónica a la altura
de los hombros suele abrirse hacia la espalda, en donde estarían
los omoplatos. Manos al ombligo y, por último, marcado detallismo.
Pueden ser singulares o dobles (ver figura 1 y lám.
36).
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Figura 1. Idolillo inscripto en un prisma. Croquis
realizado a partir de dibujos de Víctor Hernández
González y José Ramón Alonso Lorea, 1991. |
El largo promedio de estos ídolos es 73.33
mm., el ancho 41.66 mm., la profundidad 19.33 mm. Como se ha visto,
pueden subdividirse en dos grupos, en dependencia del grosor de
la figura:
1º- Tabular (singulares): lám.
33, lám.
34 a, b, c y d, y lám.
35.
2º- Laminar (gemelos): lám.
36 y lám.
37.
Las medidas promedios dan idea del porqué
de la composición en prisma: obsérvese cómo
teniendo estos ídolos el largo mayor de los estudiados, les
corresponde, en cambio, una profundidad casi igual que la de los
ídolos en pirámide invertida.
En ellos el volumen aparece propiamente para destacar
la cara y las rodillas (éstas a fin de subrayar la posición
sedente), pero siempre en un bajo relieve propio de la talla de
estelas. Salvo estos detalles, el resto del cuerpo se dibuja por
medio de la simple incisión, pero sin obviar aquellos elementos
que son primordiales en la representación cemiítica
(lám.
33):
- los brazos remedan los en jarra piramidales,
aunque ahora no se separan del cuerpo, ni se distinguen del tronco
por perforación alguna. La forma antinatural y forzada en
que ellos se disponen (a lo largo del cuerpo y doblando en ángulo
de 90 grados hacia el ombligo) y su reiteración constante
en todos los casos subraya la importancia de la posición
de "brazos al ombligo" en este tipo de ídolo. Los
dedos de las manos, esquematizados en simples líneas, se
dirigen sobre el vientre hasta tocar el ombligo (lám.
34 a, b y c);
- en todos los ídolos aparece el ombligo,
sea en punto, o en forma de cuadrado o rectángulo, siempre
en el mismo nivel de las manos (lám.
36). Este aspecto lo tratamos en texto independiente (sobre
el ombligo en la cultura taína);
- las rodillas y pies unidos hacia delante obliga,
resultado curioso, a representar los dedos de los pies por medio
de largas líneas incisas verticales, en franca desproporción
con piernas y cuerpo en general (lám.
36). Esta posición, aunque sedente, recuerda las llamadas
"puntas de bailarina".
Uso probable a partir de las perforaciones que
presentan: colgantes pectorales.
La Habana, 1992.
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